Mi mami siempre ha sido una persona dinámica, se mueve de un lado para el otro rápido, o como dice ella rapidito.
Es de pequeña estatura, sus pasos son cortos y realmente la velocidad de cómo se escabulle entre la multitud es inmensurable. Uno realmente no se da cuenta cómo llega de un lugar al otro, es como una ratón pulpero.
Su voluntad es como la fuerza de una hormiga obrera enorme y podría decir que en ella es infinita.
Es de aquellas personas que una vez que se propone algo no descansa hasta que lo realiza. Muy humilde, sin embargo, dice "solito las cosas llegan" (su primer idioma no es el castellano así que a veces confunde los géneros cuando habla).
Dentro de las miles de historias que la describirían como una heroína y una de las mujeres más valientes que he conocido, he decidido irnos hoy por una de esas anécdotas que suenan a chiste.
Estaba ella un tanto estresada por unas traducciones (Ruso - Español) que debía entregar, calificando unos exámenes en la universidad que trabajaba y presentar un informe de un evento que había terminado de realizar, dentro de todas esas tareas que no sé cómo hace pero siempre le coinciden en las fechas de entrega, se le había olvidado que yo un día iba a llegar tarde por un seminario laboral.
Ella no recordó lo que le había dicho y empezó a localizarme para saber por qué yo no había llegado a la casa, mi teléfono móvil estaba en mi cartera, en silencio.
Dejó miles de mensajes al teléfono, llamó como era de costumbre a amigos, preguntando asustada por dónde me encontraba.
Ojo, ya toda esa semana se le habían olvidado las llaves del carro en el auto, el maletín en la oficina y varios eventos. Este era la gota que derramó el vaso, porque ya se lo había dicho un día anterior y recordado mientras desayunábamos.
Llego a la casa un tanto ofuscada, de escuchar los mensajes que me había dejado. Cuando mi mami se preocupa porque uno se "desaparece, y se convierte en un ser irresponsable, porque no pensamos en que ella se preocupa" su voz entona un melodrama telenovelezco similar al de Topacio (programa que no vi, pero sólo de ver la introducción creo que me va a hacer llorar si la hubiese hecho).
Llego a la casa un tanto ofuscada, de escuchar los mensajes que me había dejado. Cuando mi mami se preocupa porque uno se "desaparece, y se convierte en un ser irresponsable, porque no pensamos en que ella se preocupa" su voz entona un melodrama telenovelezco similar al de Topacio (programa que no vi, pero sólo de ver la introducción creo que me va a hacer llorar si la hubiese hecho).
Por ende, como era de esperarse llegué a la casa mal encarada y ella, con una cara más larga que la mía, se avecinaba una pelea.
Así que le dije: "Cuando andas ofuscada con mil cosas se te olvidan las cotidianidades, creo que ya es hora de que tomes pastillas para la memoria, he escuchado de unas pastillas de ginkgo biloba que son muy buenas, a lo mejor deberías de probarlas". (claro esto fue la parte en donde ya se había terminado la discusión y cada una había planteado su punto).
A lo que ella responde: "sí también las había escuchado y ya las compré". "Entonces qué, no sirvieron?" Pregunté. "No, no es eso, es que no me acuerdo donde las dejé".
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Final de la discusión a carcajada limpia.
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