martes, 17 de enero de 2012

A una media para salir ...


En nuestro condominio hay una lavandería "a la americana" es decir tiene lavadoras y secadoras que funcionan con monedas especiales.

Es sumamente práctico porque te ahorras mucho en el lavado, no compras una lavadora/secadora, no consumes tu agua ni tu luz, pero como todo lo hermoso viene con alguna cosita, la única desventaja es que no hay suficientes máquinas.

Así que hoy detallaré cómo un conejo estuvo al asecho de las lavadoras y en el último zarpazo se convirtió en felino.

Normalmente lavamos la ropa semanal o quincenalmente.  Compramos las monedas que nos duran aproximadamente un mes.

Pero Diciembre, el mes del caos, lavamos una sola vez con las monedas compradas en Noviembre.  Cuando quisimos comprar las monedas del mes descubrimos que nuestro casero, se había ido de vacaciones por las fiestas.  Al no tener conocimiento no habíamos tomado las precauciones del caso y por ende no teníamos monedas para lavar la ropa.

En Enero cuando regresó, quisimos comprar y no tenía monedas, así que tuvimos que esperar casi una semana más hasta tener las benditas monedas.

La magia que sucede en casa de mamita en donde dejamos todo en el cesto de la ropa sucia y de repente aparece todo limpio, lavado, plancho y colgado, pues, lamento decirles, no es real.  La ropa sucia no desaparece y si no la lavas el cesto sigue engordando.

Así que hoy me fui de cacería, me puse mi disfraz de conejito, mis lentes, mi librito y me senté en un sillón de la amplia sala.  A esperar a que desocupen las lavadoras.

Llegó un señor que había dejado su cesto primero, respeté el turno y el muy hijo de su poca madre utilizó dos lavadoras para 10 prendas, 5 y 5. Y yo con un cesto explotado y dos funditas más.  Terrible!! Quería matarlo, pero no dije nada.

Dejaron libre una lavadora y la utilicé.  Pero era tanta ropa, que necesitaba dos lavadoras más. Vi el tiempo de duración de mi ciclo y lo comparé con la otra lavadora, sí la de mi amigo.

Decidí bajar 5 minutos antes para vaciar rápidamente la lavadora que yo estaba utilizando, volverla a llenar y tomar otra lavadora.

En eso llega una señora, con su canastita.  Justo se había parado la lavadora de las 5 prenditas de mi amigo el eficiente y yo le estaba poniendo el jabón a la lavadora y sólo me faltaba hacerla a andar.

De repente mi efectivo "rabito del ojo" ve las oscuras intenciones de la vecinita que tenía antojo de quitar la ropa del señor y utilizar la lavadora que yo estaba velando, no me pregunte como hice, pero creo la vecina sólo pestañeo y yo ya estaba al pie de esa lavadora, sacándole la ropa a mi "amigo", poniéndosela en la cesta y llenándola con mi ropa.

Me imagino que la veci invocó a mi santa madre por este movimiento fugaz, pero fue por el bien de mi hogar, esto era una emergencia, nos encontrábamos a una media para salir como Adán y Eva por el mundo y ojo, estamos en invierno, no es negocio!

La viveza guayaca es más rápida que un rayo, más astuta que un zorro y más "caretuca" que una piedra, atentos, siempre atentos... "¡Unagui!"


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