jueves, 29 de agosto de 2013

Los políticos y el ajedrez

Regresábamos un día por una calle un tanto sospechosa, habíamos tenido una linda visita a la ciudad de una amiga ecuatoriana que estaba de pasada, y mientras caminábamos rumbo a casa, riéndonos y hablando con el acostumbrado tono elevado latino, se nos acercó un señor, digamos que particular.

Dijo en voz alta "ohhh  hablan español" y nos negamos, "¿italiano?" similar respuesta, mientras lo esquivábamos y seguíamos nuestro camino.

La verdad es que ya teníamos mucha referencias que las personas se acercan hecho los amigables para pedirte dinero, pero también habíamos oído que cuando dices que no tienes, se tornan un poco agresivos.

En fin, nos hicimos los giles y seguimos caminando, ahora sin hablar, para evitar que se nos acerque nuevamente. Sin embargo sucedió algo inesperado. El tipo nos empezó a seguir, cantando, pero cantando canciones provocativas con respecto al tamaño de mi parte trasera, supongo que para generar algún tipo de conflicto entre él y mi esposo, y de ley que para sacarse la duda de si hablábamos o no español, pero bajo ¿qué costo? ¿Era realmente necesario cantar una canción irrespetuosa a una persona desconocida? ¿Cuál era el fin de generar algún conflicto?

Esta semana he leído en más de una ocasión, que caminando en la calles les ha sucedido casos similares a personas que conozco, bueno, no que las persiguen cantando, pero sí que al pasar les dicen alguna frase, ni la más linda, ni la más tierna.

Hace meses, leí también una reflexión interesante "en lugar de crear tantas leyes de protección a la mujer, por qué no les enseñan a los hombres a no maltratarlas".

Pero sin entrar en temas sexistas, qué tal si hablamos de un tema humano, del respeto. Aquella barrera invisible que indica el final de la libertad del otro. El sentido común, la valoración por la vida ajena. ¡Vamos! Son valores sencillos.

Y empiezan desde los más básicos, si yo estoy con alguien tomándome un café, no tengo que chatear con otra persona, respeto por la persona presente; si estoy en un bar con mi pareja, no intento conquistarme a la persona de a lado, respeto; si la casa está limpia y como algo que se me derramó, lo limpio, respeto; si ves a alguien que camina por la calle feliz con su nueva blusa, no le voy a decir nada al respeto de su escote, respeto; y así infinitos casos de respeto entre nosotros, de saber de la existencia del metro cuadrado del otro, y respetarlo.

No necesitas ni si quiera ser muy inteligente para aprender a respetar. Por que bueno, hay cosas que sí necesitas más de dos dedos de frente, y entrar en la nota del sentido común, que no estamos hablando de eso, aunque en ciertas curvas se toman de la mano, pero el respeto es muy básico, y aunque se aprenda desde casa, no justifico a aquellos que no hayan tenido la suerte de tener un hogar que se lo inculque, porque
el respeto también es parte de la escuela de la vida y a esa sí vamos todos.

¡Basta de acciones tumba puertas! ¡Basta de la agresiones! ¡Basta de los actos de poder que no conllevan a nada más que a la muerte de inocentes! ¡Basta de buscar excusas para imponernos ante alguien o algo porque simplemente piensan diferente a uno!

¡Respetémonos!

"Los políticos que tanto desean imponerse con guerras frente al mundo, deberían de definir sus jugadas en partidas de ajedrez, para que demuestren su inteligencia en cancha, cumplir con la propuesta pactada y que gane el mejor, sin pérdida de vidas innecesarias." - @IriCevallosO

lunes, 26 de agosto de 2013

... y diviértete mientras tanto


Y será que ya comprendo sus valores, sus creencias, sus demencias, sus acciones, sus fantasmas...

Hay tanta historia de por medio, sin contar las diferencias de un océano y dos continentes de diferencia. 

Personas de edad contemporánea con gustos musicales nunca antes oídos, películas o series de televisión que jamas hemos escuchado del otro.  Chistes de su infancia que no tienen que ver con la nuestra y una cierta inocencia a la que no estoy acostumbra de encontrar con personas de mi misma edad.

Presentan un cariño incondicional, a quienes quieren de verdad, son pocos, no se engañen, pero el cariño lo demuestran.  Por ejemplo cuando un amigo tiene cumpleaños, no llaman a hacer grupo para ir juntos, van, sin importar conocer a todos o a nadie, van por ti, por tú celebración, y puede ser que si no conocen a nadie se la pasen en silencio en un esquina y se irá cuando le de sueño y dirá que la pasó estupendo, porque se alegrará de verte feliz y agradecerá el tiempo que como anfitrión le dediques (mucho o poco).

Después de casi dos años, he podido conseguir no sólo 3 amigas alemanas, sino también que algunos vecinos me devuelvan el saludo, única y exclusivamente si nos encontramos en el área del condominio, porque no me saludarán en el bus o en la calle lejos de la casa, supongo que es una forma de decir, no somos amigos, y está bien, no lo somos. 

No me sostienen la puerta al llegar cargada con las compras del supermercado, pero me sonreirán cuando se lo hago a ellos y con eso verdaderamente me basta, así como cuando me topo con aquel vecino que veo a la distancia y sabe que lo voy a saludar y sé que no me va a responder y me mirará hasta cuando me pase a lado sólo para virarme la cara, y yo igual lo saludaré con una sonrisa, sólo para hincarlo por supuesto, porque al final del día, hay que hacer lo que nos hace feliz a nosotros y ya hemos concluido, que yo saludo y soy feliz haciéndolo.

¿Será que ya los estoy comprendiendo o acostumbrando? Cualquiera de las dos me viene bien en realidad, pero lo que sí sé es que al menos si me sale alguno de esos malcriados con aires de nobleza o superioridad, característica un tanto típica de algunos, le contesto y los freno en seco (sin la timidez que antes me impedía hacerlo) o los dejo que hablen y los ignoro, depende también de lo que quiera conseguir, a veces no es el hecho de contestar y "defenderse" sino simplemente de no querer pincharle la burbuja de su ignorancia o estupidez, total, mientras más mentes cuadradas o atrapadas en una idiosincrasia caducada, traerá como beneficio que valoren más a personas de mentes libres, creativas y resolutivas, así que  en lugar de discutirle o brindarles conocimiento, mejor se les agradezco. 

"Si una persona toca una puerta que se abre enseguida, seguro estará feliz, pero si se la abren y se la cierran en la cara, sólo se llenará de fuerza para ir a la siguiente puerta y tocarla más fuerte, total nadie ha dicho que la primera puerta que encuentres sea la correcta, ni nadie ha dicho que la correcta será fácil de alcanzar, así que aprende ... y diviértete mientras tanto."- @IriCevallosO -

jueves, 15 de agosto de 2013

Puerto de Guayaquil - Dudas y preocupaciones


 
Manteniendo una figura parcial, como lo he venido haciendo en mi blog frente a la política y la religión, ha saltado a mi curiosidad el tema del Puerto de Guayaquil así como los actuales planes de reubicación por parte del gobierno.

Después de leer e informarme sobre los hechos, así como escuchar las declaraciones realizadas por el alcalde, Ab. Jaime Nebot, de mi ciudad natal, y otorgándole, para este caso puntual, el 100% de la razón, saltan a mis pensamientos las siguientes dudas y preocupaciones, sobre el área que es de mi conocimiento, el comercio.

En más de una ocasión he trabajado para empresas de retail y ventas de electrodomésticos y cada ocasión se presentaban problemas de robos de la mercadería, antes de la desaduanización, encontrando contenedores vacíos (robos en alta mar) o una vez que se había retirado la mercadería del puerto y en camino (dentro de la misma ciudad) a las bodegas, asaltos a mano armada. Situación que evidentemente no afecta a las compañías, porque cuentan con un seguro de la mercadería desde la salida del puerto de origen, hasta su puesta en la bodega de destino, hasta ahí, la empresa no se ha visto "afectada" porque recupera el COSTO de la mercadería, o sea lo que invirtió, pero, sin producto, no hay venta, sin venta tendremos clientes insatisfechos por una demanda no abastecida y lo que es peor, sin venta no hay ganancia y sin ganancia no hay un flujo de caja que cubra los gastos fijos y variables de una compañía y por si a caso el mensaje de los costos no les queda claro (sé que alguno no visualizan bien), sin esa ganancia la empresa no puede pagar los sueldos.  Por su puesto que por un robo en una empresa grande no es más que un ajuste en el balance, pero ¿qué sucede si mover el puerto incurre en otras desventajas, que sí afectan de manera inmediata?

¿Qué sucederá si sale el puerto de la ciudad ?  Las empresas que ya cuentan dentro de la ciudad con su transporte, sus bodegas, su personal de bodega, sus costos establecidos y que mantiene un control de su inventario.  Pues supongo que en un inicio transportarán la mercadería que llegue, desde su puerto de destino (digamos que Santa Elena) hacia la bodega principal de la empresa, que para este caso, están ubicadas, en su mayoría, en Guayaquil, esto podrá traer como consecuencia el incremento en el gasto de transporte, así como de alquiler de refuerzos para el traslado seguro de la mercadería, ya que al transitar un tramo en las afueras de la ciudad y de mayor longitud, las empresas deberán de tomar en cuenta otras precauciones.  Es decir, la mercadería incrementara su costo y por ende su P.V.P.; y ahora involucrándome con el tema de las importaciones, todos esos impuestos aumentados, control de importaciones y ahora incremento en el costo de la mercadería, causan únicamente un daño al cliente final, a esa persona que desea adquirir un producto para su casa, mimarse para su cumpleaños, sorprender a su esposa por su aniversario, o porque simplemente le dio la gana de comprarse algo nuevo para su casa.  Pues tal vez, sólo tal vez, ya no será tan posible, ni tan factible como lo pensaba, porque ahora deberá de analizar de nuevo, si su presupuesto alcanza y justifica para adquirir dicho producto.

¿Qué sucederá con el proceso de desaduanización de la mercadería en el puerto?  ¿Deberán a caso estas personas reubicar sus oficinas, o cerrarla porque a lo mejor no les interesa irse a vivir a Santa Elena?  ¿Qué sucederá con los estibadores que trabajan turnos para receptar, descargar y reubicar la carga? ¿Desempleados? ¿Los van a trasferir a Santa Elena? ¿Les van a pagar la reubicación por cambio de localidad laboral, o sea un bono de mudanza? ¿Qué sucederá si movilizan las bodegas principales en un futuro para evitar el traslado de
toda la mercadería de golpe a Guayaquil? ¿Más desempleo en la ciudad? ¿Bodegueros guayaquileños desempleados? ¿Cuántas personas desempleadas de la clase media-baja, baja, ya llevamos? Nivel de respuesta de abastecimiento logístico seguramente, también se verán afectados, al igual que n problemas que se les ocurra o pase por sus mentes.

Como dice mi alcalde, con quién como dije al principio, para este tema concuerdo al 100% con él, me parece muy perjudicial y me llena de preocupación, la cantidad de daño que se le puede causar a una ciudad en lugar de ayudarla a progresar, mejorando el actual puerto, no digo que Santa Elena no necesite un impulso para mejorar el estilo de vida de sus habitantes, creo que hay muchas cosas que se pueden explotar en Santa Elena, como colocar allá el puerto para el turismo e invertir en esa hermosa provincia costera llena de preciosas playas, perfeccionar lo que ya se tiene tanto en Guayaquil (o la Provincia del Guayas) así como mejorar lo que más se destaque en Santa Elena. Controlar mejor la delincuencia (esto a nivel nacional), y pulir,  mejorar, destacar  la fortaleza que cada zona del Ecuador tiene, país que tiene para ser hermosamente grande y rico, pero haciendo jugadas inteligentes.

Estoy preocupada, muy preocupada.

Ahora bien, ¿cuál es la solución? ¿Cómo se podría llegar a cambiar esta idea? Y ojo, no estar de acuerdo con algo, no quiere decir que odie a nadie, sólo quiere decir que no estoy de acuerdo, pero como a mí no me gusta quedarme y ser parte del problema, busco soluciones, ¿qué se puede hacer para cambiar el plan? y ¿qué hace falta para hacerlo?

martes, 13 de agosto de 2013

Platos y mañas

- ¡Esta carne está muy cocinada! - exclamaba mi hermana a los 12 años cuando le pasaban su almuerzo y la carne no contaba con ese toque rosado crudo, a mi parecer, en el plato.  - Y a mí me pueden pasar un poco de limón para el arroz y que mi carne venga preferiblemente quemada a cruda - pedía aterrada mi ingrediente secreto y el término de mi carne, expresión que me acompaña hasta el día de hoy (si es que pido carne), cuando voy a un restaurante y me preguntan el término de mi carne, situación que considero innecesaria en realidad, porque aunque la pida bien cocida, lega por lo general rosado crudo.

Por su puesto que si ya han leído la entrada de los "Cevallos comemos limón", realmente pueden comprender que ese es el ingrediente secreto contra cualquier accidente culinario.  Se quemó el arroz, limón, pollo servido y limón para la niña, ya que desde temprana edad descubrí que el pollo no era parte de mis comidas predilectas.  Realmente sufría si me invitaban a almorzar a la casa de mis amigas y me daban pollo, había inventado el mito urbano de que soy alérgica, porque en mi casa no se permitía dejar de comer un plato servido sólo porque no te guste, así que me tocaba fingir muerte absoluta para que me hagan arroz con huevo frito, disculparme con la madre de mi amiga por el mal entendido y por su puesto, ser la burla de cualquier ser que conozca de mi alergia, la cual es muy probable sea inexistente.  Pero un día, mi mami descubre los nuggets con miel y me encantaron, un día no hubo miel y me vi obligada a comerlos con limón, curiosamente sabe a pescado, así que ahora, como pollo con limón y me auto-engaño.   Pero eso sí, la sopa de pollo, no me pasa por nada de este mundo, hay algo tan desagradable para mí con respecto al olor al pollo hervido, que mi mami notó que cuando era una bebé, lloraba cada vez que lo cocinaban, gritos despavoridos del olor y asco, lo lamento por los amantes de este plato, no compartimos los mismos gustos.

Por su puesto que a esto hay que agregarle el limitado menú de sopas que ingiero, que no son más que 3: sopita de fideo (con extra queso por supuesto), caldo de bolas de verde y caldo de hueso blanco, las tres muy tradicionales de mi país.  Hay que agregar que la sopa de fideo lleva un alto grado de cebolla y queso, ingredientes que me acompañan siempre y las otras dos saben ESTUPENDAMENTE bien con limón.

Sin embargo, a pesar de todos esto requerimientos de limones dentro de mi menú alimenticio, no entra el ceviche.  Plato típico costero de mi país, que se sirve frío. Un día de esos en donde los pensamientos sobran, salió una conversación con mi papi, de lo extraño que me parecía no comerlo, siendo yo tan fan del consumo del limón, mi papi, sonríe entre dientes y me dice "¡ja! a mí tampoco me gusta".  Por su puesto que si me sirven un ceviche de pescado curtido, que es una de las maneras que se lo puede preparar, en donde el más rico lo probé en Puerto López, una porción extra de chifles estamos listos para disfrutar la playa como se debe, eso sí "niña lávese bien las manos y liémpese bien cara" me decía mi tía, "que el limón mancha la piel"... y si te lo pones en la cabeza te aclara el cabello.

Avanzando sobre este recuerdo culinario, sobre los sabores y las maña, que he venido recordando desde el domingo, llegamos a los estilos de servir el plato, a mí, no me gusta comer la comida hirviendo, o sea, que esté hirviendo en la olla, y que se me enfríe el plato al frente, puedo esperar, pero que me lo pasen mal calentado, o frío de ambiente, me molesta (ridícula, lo sé), por eso, yo cocino me sirvo, y manejo mis tiempo como quiero, no hay drama, el arroz, se lo come al día, jamás me verán comer arroz guardado, pregúntenle a mi pobre madre cómo la torturé cada vez que me daba algo del día anterior, aunque ahora que lo pienso, no sé si me molestaba el sabor de arroz viejo, o de que yo sabía que era viejo, y ella me mentía para que me lo comiera. Mi mami, por otro lado, le gusta comerse la comida caliéntísima y generalmente se quema, pero creo que es una cuestión climática, ella no proviene de un lugar cálido, supongo que en su ciudad natal, comían comida caliente, para mantener el cuerpo a una temperatura agradable durante el invierno.  Ella que es friolenta en la actualidad, nunca me ha contado hasta el momento algún invierno fuerte que le haya tocado vivir. Al contrario, ahora que visita a su familia y le toca la entrada del invierno, menciona que sale despavorida de las calles.   Por otro lado mi papi, ese creo que tenía más temas que yo.  La sopa se la tenían que servir caliénte, pero traerle el segundo plato al mismo tiempo, sí, para que se le enfríe al frente.  O sea, la sopa caliente y el segundo ya no tanto y la misma maña la tenía con el café, tenías que servírselo calientísimo y ahí estaba él dándole la vuelta, vuelta y vuelta, y se lo tomaba con cucharita, como hago yo casualmente, y ya cuando quedaba un poco más de un dedo en la taza, shot, porque ya se ponía muy frío.

Mi hermano, come todo lo que le den, pero él debe de controlar las porciones en su plato, si ve un plato muy lleno, decide no comérselo, porque se llena con "sólo mirarlo", como me dijo una vez en donde abusó con la servida de un bufete.  Él nos velaba la comida a mi hermana y a mí, como gallinazo en carretera con la típica pregunta cuando ya le dábamos mucha vuelta al plato "¿te vas a comer eso?" pregunta que hacía con su tenedor en la mano, el mismo que visitaba el plato antes de la respuesta, ¡adiós tomate! Mi hermana, odia la cebolla y el ajo, y me dice que de pequeña yo me comía la cebolla como si me estuviese comiendo una manzana, la verdad es que sólo recuerdo esa imagen una sola vez, y ella haciéndome arcadas por mi acto, es más, para ella quedó eso como algo periódico o continuo, como si lo hubiese hecho "siempre", mientras que para mí eso fue la primea y última vez que lo realicé, porque yo no quería comer algo que cause ese repudio a las personas.  Así que sigo comiendo cebolla, en todo sus estados, pero cortada, ya no como manzana entera.  Y es aquí donde venía la constante lucha, mi ensalada con cebolla, la mía sin cebolla y la solución era hacer la ensalada sin cebolla y a mí me pasaban un plato adicional con la cebolla cortada para que lo agregue, lo que traía otro problema, el olor seguía siendo insoportable para mi hermana y a mí me gustaba que todo sea una mezcla de sabores, cosa que no sucedía si le ponía la cebolla solita, ahí no era una mezcla era sólo algo previo con cebolla.  Volvíamos locas a las empleadas y a mi mami. 

Pero es que es bastante complicado recordar todo, mi esposo no come nada con limón, así que yo me acostumbré a comer ensaladas sin limón, porque a mí me gusta el curtido con todo mezclado, no la ensalada con limón, créanme, sabe diferente, mi mami siempre me discutía "pero ponle después" "es que no sabe igual" respondía incomprendida.  Claro que hay cosas que saben bien, cuando se le echa después, como la carne, el arroz, el puré, la cremas, sí, cremas si como, lo que no como son sopas.  Si en casa hacía una sopa de verduras, a la niña había que licuársela, y si comía crema, no comía segundo, porque por su puesto, a la crema ya le echaba arroz y limón.  Mi mami, realmente sufría cuando venía lo que hacía con las cremas y me decía "ya le has puesto mucho arroz, es sólo una cucharita" y yo pensaba 'una cucharita, ¿eso qué es tres granos por cada cuchara de sopa?' ... "no mami, no te preocupes, que lo que hago es facilitarle la acción de mezcla en mi estómago, así ya no como segundo" porción de arroz a la crema, mami con la cabeza en negación y resignada mientras pedía que le calienten de nuevo la sopa que se le había enfriado por ponerse a aconsejarme que le ponga menos arroz a mi crema.

Y así, me pongo a pensar, ¿cómo son los padres que deben descubrir esas mañas alimenticias de sus seres queridos? ¿cómo seré yo de madre, cuando tenga que descubrirlas... o imponerme? Me parecen tan graciosas esas historias, no sólo porque sean recuerdos lindos de mi vida en donde compartí con mis seres queridos, sino también porque me parece bastante interesante como desde pequeños podemos manifestamos individualidad en las pequeñas cosas que nos rodean y a veces pasamos de incomprendidos, porque esos gustos son una tanto contradictorios.  Yo he aprendido a reconocer los míos y a reírme de ellos.  Al menos yo, ya no pido carne en restaurantes.

jueves, 8 de agosto de 2013

¿Cómo eliminar una aplicación en Facebook?

Vota aquí si te gusta mi póster
Ayer leyendo a un amigo, quién por segunda vez noté que publicó que por favor dejen de invitarlo a un juego en Facebook, me animé a aconsejarle que la bloquee, pero no sabía con exactitud cómo hacerlo.

Así que como yo sufro de fascinación por los detalles y en la actualidad cuento con el tiempo libre para hacerlo, pues me animé realizar una presentación que lo ayude a él y a quien lo necesite.

La motivación... "luchar por un time line libre de quejas", me he divertido mucho haciéndola, así que si no desean aprender cómo bloquear la aplicación, les recomendaría que igual lean la presentación adjunta que de seguro alguna sonrisa les saca.

Abrazos,
@IriCevallosO



miércoles, 7 de agosto de 2013

Hablar despacio ayuda para ...

Entonces llamé al despacho jurídico en Hamburg, en vista de la nula respuesta brindada a mi prima con respecto a un trámite que necesita realizar.

Repasé los posibles diálogos en mi mente pero al recibir mi llamada la desearon canalizar en español.  Interesante situación. Yo hablo rápido. Me gusta. Pero aquí me ha tocado volver a aprender a hablar, resulta que por más que hables en español o castellano con personas de otras partes del mundo, al hablarlo rápido tiendes a utilizar la jerga de tu país de origen, al igual que mantener tu acento, por ende para lograr una mejor comprensión de los diálogos, reduzco la velocidad de la conversación para darme cuenta cuando mi cerebro en automático desea lanzar la jerga que la cambie por una palabra de conocimiento universal.

Entonces regresando a la llamada al despacho, inicié mi conversación con un abogado alemán que hablaba español, disminuí la velocidad, enfaticé la terminación de las palabras (ya sabes con los guayaquileños tendemos a comernos las "s") y cuando terminé de exponerle el caso, en donde concluí con una pregunta, el señor me indica que no ha podido entenderme bien porque yo hablaba muy deprisa, que por favor se lo repita más lento. ¡Más lento! Iba a terminar de hablar mañana, ¡qué lata! Si prefiere se lo digo en alemán, pero mi indicó que prefiere que sea en español. Puuuufff... ok, va nuevo.  Más tiempo para hablar por reloj, me entendió, me respondió, d i a l o g a m o s s s s, y noté que lo que me estaba diciendo me estaba molestando porque demostraba un mal servicio al cliente, del cual yo soy bastante inquisidor.  Pero como tenía que seguir hablando l e n t o  para que me entienda, me tocó pensar en controlar el ritmo de la conversación, que concluyó en mantener una conversación de volumen estándar, sin ponerme roja o sarcástica, raro en mí desde luego, pero interesante solución.


Concluí con esto que cuando uno se exalta, grita y acelera el tono de conversación puede llegar a nublar sus pensamientos exponiéndose a que la lengua se conecte con el inconsciente y que diga cosas que "no pensó" o tal vez sí pensó pero que jamás se lo diría a alguien por lo hirientes que podían ser, entonces cómo controlar esa parte de nosotros que puede lastimar, por qué las llegamos a pensar y las atesoramos en la parte negra de nuestra mente, con la posibilidad de que sean expuestas y después tengas que tomar una decisión adicional sobre si debes o no disculparte con quién has agredido a quemaropa.