Lo que viviste lo hiciste bailando, escribiendo... pensando.
Aprendiendo hasta que quisiste hacerlo, criticando a los gordos y a los negros, que irónicamente en más de una ocasión fueron los que más te acompañaron.
Guiaste a tus hermanos, hijos, sobrinos, nietos, mientras la razón y la paciencia te lo permitió.
Reíste mucho y de seguro te lamentaste también, siendo la escritura tu herramienta principal para plasmar tus pensamientos, historias y cuentos, la comunicación emocional no era de las más grandes de tus cualidades, pero qué más se podía esperar cuando tu hogar de procedencia compartía el mismo principio, por suerte, encontraste una mujer que lo que no lo habla, lo muestra, creando un hogar para niños que amen soñar y compartan amando, niños que estoy segura te enseñaron mucho también, porque al verlos sentiste que habías hecho un buen trabajo.
Al final de la jornada, en la suma y resta, la balanza queda en positivo y hoy sólo me queda extrañarte, pero cuando me pongo muy dramática en el tema, encuentro en mi memoria alguna anécdota en la cual no me queda más que entre lágrimas soltar un carcajada.
No dudo que cuando llegaste te hayan recibido con una cosecha de buen whisky, como el que tomaron el día que naciste.
Ahora, estás en todas partes, eres infinito... libre.
-¡Hola! ¿Deseo saber cómo puedo registrarme para poder brindar servicios prestados, como vendedor de artesanías y cosas hechas a mano, como maestra de reiki y como consultor personal (life coaching y consultor de marketing)?
Sonrie, la señora, mientras me mira con la cara un tanto desfigurada.
- Para la venta de artesanías debe de estar registrado en la cámara de artesanos y cuando le entregue su licencia, podrá sacar la suya acá. Para el reiki tiene que presentar un examen en otra ciudad que es la única que emite ese tipo de certificados que aseguran sus conocimientos.
Mientras anotaba todo lo que me decía se acerca un compañero de ella a hacerle una consulta, en dónde agrega entre dientes "sí es de las que cree que uno puede llegar aquí y hacer lo que quiera".
Iba a responderle que calificaciones en mi país tengo, pero que si estaba ahí era para entender qué es lo que tengo que hacer acá, para que lo que yo sepa juegue bajo las reglas, si quiesiera hacer lo que quiera, escribiría un blog sin fines de lucro... ah no perdón eso ya lo hago.
Esta conversación fue después de mi primera entrevista de trabajo, una segunda y una tercera que tuvieron similares reacciones intestinales en mi organismo, situación tenido que enfrentarme con micro empresarios cuyas empresas son del tamaño de una de las salas de capacitación de ventas que me ha tocado dictar, en más de una ocasión, pero vamos, mi cultura sutil evita entrar en polémica... a menos que mi paciencia se agote (virtud de la cual no gozo con exageración), pero voy a investigar cómo ser un empresario independiente y la amable señora lanza un comentario burlón, sin por lo menos preguntarme si soy o no profesional, si tengo alguna experiencia en los temas mencionados, no qué va "¡es de las que cree que puede venir acá y hacer lo que quiera!" ... ¡Gracias!
Pero no feliz con estas situaciones vividas, me enteré que estaban cogiendo profesores para dar clases de español en una de las escuelas de idiomas de la ciudad. Me lo comentó una chica de unos 23 años que conocí hace poco, aprendió castellano en Uruguay, correcto, el español no era su idioma natal, no había terminado su universidad, no estaba estudiando para ser maestra, ni tenía ningún crédito de pedagogía, había enviado su hoja de vida y había sido aceptada para ser profesora, quién la entrevistó, nunca la oyó hablar español, ni le pidió que realice una clase modelo, nada, sólo le dijo que vaya para conversar su horario de clases, lamentablemente por sus clases no pudo acomodar su horario y declinó la oferta. Cuando nos conocimos me hizo la sugerencia de que vaya a presentarme que con mi experiencia en dar capacitaciones, mi humilde certificado de maestro practicante de la programación neurolingüistica y mi idioma natal, el puesto iba a ser mío, de seguro.
Al ir a presentarme me dijo: ¿pero usted no es profesora? ¿ni tiene un título de pedagogía? ¿ni puede hacer una comparación entre la gramática de este país con el del castellano? (claro no hablo el idioma de este país al 100%, pero mi madre que es una maestra lingüista universitaria, siempre me ha dicho que cada idioma tiene su regla y que lo importante es aprenderlo como es, sin comparaciones), para cada pregunta inquisidora, le brindé una respuesta, inclusive para el rebusno que emitió con respecto a realizar la comparación entre ambos idiomas para una mejor comprensión del funcionamiento de la gramática.
Cuando lo acorralé con mis respuestas, las mismas que ya se habían convertido más allá de una búsqueda de trabajo en una defensa territorial, sólo le faltó decirme que "no podía dar clases porque no le daba la gana" le desee un buen día (cero polémica) y me retiré. Porque si hubiese empezado por la única frase que no me dijo, lo hubiese respetado como ser humano, porque a fin de cuenta, entiendo que si estas en esa posición de poder y no te interesa, pues simplemente no te interesa y punto, pero menospreciarme, sin antecedentes simplemente porque ese día se había puesto un calzoncillo apretado, pues no me parece correcto.
Lo cual me lleva a la reflexión, realmente las cosas son tan complicadas como "la he vivido", porque evidentemente no es que me parecen, me han contado, las leí, no, las he vivido, o simplemente son más sencillas pero qué suerte la mía de toparme con estreñidos, la próxima vez que vaya a una cita, iniciaré mi conversación regalándoles unas ciruelas pasas a la persona con quién me toca conversar, para que puedan evacuar en el destino correcto lo que andan compartiendo con el mundo... y estoy segura que para eso no tienen un certificado.
Como diría mi querida amiga Aretha Franklin... "Sock it to me, sock it to me, sock it to me..."
Tenía 16 años y salí a caminar por la ciudadela que crecí, que conozco de memoria, cada bache, cada tienda, cada árbol, cada casa abandonada y cada mito que la circunda.
Caminando sin rumbo, por una calle vacía, sabía dónde estaba pero no su nombre, los mayores tienen esa gracia de saber las direcciones, como su nombre lo indica, mis indicaciones siempre han sido más detalladas, sigue recto hasta la pared verde y viras a la derecha, y en la cuadra anterior a la lámpara de barbero antiguo queda el pan de yuca. ¡Simple!
En todo caso, aquel día de caminata, noté mi desconocimiento en los nombres de tan conocida ciudadela y mientras avanzaba cuadra a cuadra sin encontrar el nombre de la calle para registrarla en mi mente y sentirme bienvenida por habernos conocido "formalmente" noto que en mi reproductor (en aquella época de casetes) tocaba la canción de U2 "Where the streets has no name", la ironía me hizo soltar una carcajada mientras seguía avanzando hasta decidir no buscar más el nombre de la calle y asumir que eventualmente, cuando sea oportuno, necesario, indispensable, lo sabré... y así fue.
Y aunque mi relación con la banda se extiende a más de una anécdota, una fuerte decepción, una gran levantada, una motivación constante, una buen consejo y un poco de luz para el alma, por lo pronto, es sólo lo que he decidido comentarles.
Disfruten un legendario video, tributo... concierto.
Sin darnos cuenta elecciones sin pensar o analizar te llevan a situaciones, no esperadas, calculadas medidas.
Trabajar constantemente analizando a un consumidor, pensando en una tendencia, reconociendo a tu cliente, se vuelven un mito, cuando en tu presente las oportunidades son escasas, juegas de visitante y la desconfianza y egocentrismo habita mayormente en los corazones de tus vecinos.
Reconocer tus dones y explotarlos, ayuda en esos momentos.
Reforzarte, mejorar tus debilidades, desaprender para aprender.
Aunque en palabras todo suene tan lindo y poético, es un cortocircuito mental que toca tu cerebro dejándolo a veces en la nada, el vacío, el desconcierto.
Pero encontrar el punto medio, el equilibrio para dar calma a tu ser, identificar tus mitades y alimentarlas a la par, es lo que hace que puedas avanzar, crear, visualizar entre la adversidad, encontrando paz ahora con un creativo trabajador y matemático pensante... por lo menos hasta que toque lo contrario.
a'manu: Tienda de tejidos hechos a mano, alimentada semanalmente. ¡Agrezco su visita, recomendación y compra!
Mi relación con los grillos empieza desde muy niña, gracias a tener un primo temerario, hijo de un hacendado, que disfrutaba mucho de la vida silvestre... eso o la otra teoría de que simplemente le gusta molestar a quien tenga al frente con lo que se le ocurra.
"Cri-Cri" suenan sus patitas y sabemos que el invierno ha llegado.
"Prima, mira te tengo una sorpresa". Manitos cerradas en forma de cajita, para generar expectativa ... uhhhh la sorpresa, claro, seguro pensaba que iba a meter la nariz entre sus dedos, pero mis papis me criaron bien, si no está envuelto en una cajita bonita, es de fácil acceso y proviene de una persona poco detallista en "regalos", primero asegúrate antes de brincar de la emoción.
"¿Qué cosa?" "Mira, debes acercarte". Sí claro y yo nací ayer, bueno, había nacido hace 5 años, pero ya conocí las actitudes sospechosas de mi familia. "Abre las manos", qué por favor ni que qué nada, a la porra la compostura, primero mi desconfianza y yo (seguramente ya me lo había hecho antes pero esta es la primera de estos regalitos que recuerdo).
Y en ese tira y jala de palabras, abre ligeramente las manos, por donde se asoma una antenita, ahí estaba 'Pepito' (en honor a Pepe el Grillo en Pinocho) saludándome y como no me acerqué pues no encontró mejor cosa que ponermelo sobre el hombro.
¡Gracias!
Por su puesto, salí gritando y sacudiéndome el cuerpo asqueada totalmente.
Pero ahí no acaba la cosa, aprendí a cogerlos como defensa personal, técnica que sirvió después como supervivencia estudiantil, los niños asustan a las niñas lanzándoles grillos o cogiéndolos de las antenitas y colocándolos frente a nuestro rostro, como juego. Aparentemente les causa gracia vernos aterradas (llámese niños desde que entran a la escuela hasta que nos graduamos en la secundaria). Gracias a las "enseñanzas" de mi primo yo no caí en esa histeria pasajera dejándome fuera de dichos ataques, porque mi reacción no era divertida.
Pero lo que sí fue horrible y desesperante, fue el día que caminaba hacia mi casa después de una fuerte lluvia y al doblar la esquina pasé por un muro enorme, fui atacada por una OLA DE GRILLOS que sin darme cuenta estaban todos pegados a la pared, iba con mi mami y lo único que recuerdo fue que nos tomamos las manos y salimos corriendo tapándonos la boca (con la otra mano) para no gritar y después que algún grillo termine en mi estómago. ¡Horrible! ¿Se han visto esas películas de la profesía o el exorcista en donde aparece la plaga y ataca al cura? Bueno ese día, sentí que actuaba en una de ellas.
No lo tomen a mal, un par de grillos a la vez está bien, pero que se te venga encima una ola de grillos que se encontraban en un muro de por lo menos 2m. de alto y 4 de largo, es espeluznante.