Tenía 16 años y salí a caminar por la ciudadela que crecí, que conozco de memoria, cada bache, cada tienda, cada árbol, cada casa abandonada y cada mito que la circunda.
Caminando sin rumbo, por una calle vacía, sabía dónde estaba pero no su nombre, los mayores tienen esa gracia de saber las direcciones, como su nombre lo indica, mis indicaciones siempre han sido más detalladas, sigue recto hasta la pared verde y viras a la derecha, y en la cuadra anterior a la lámpara de barbero antiguo queda el pan de yuca. ¡Simple!
En todo caso, aquel día de caminata, noté mi desconocimiento en los nombres de tan conocida ciudadela y mientras avanzaba cuadra a cuadra sin encontrar el nombre de la calle para registrarla en mi mente y sentirme bienvenida por habernos conocido "formalmente" noto que en mi reproductor (en aquella época de casetes) tocaba la canción de U2 "Where the streets has no name", la ironía me hizo soltar una carcajada mientras seguía avanzando hasta decidir no buscar más el nombre de la calle y asumir que eventualmente, cuando sea oportuno, necesario, indispensable, lo sabré... y así fue.
Y aunque mi relación con la banda se extiende a más de una anécdota, una fuerte decepción, una gran levantada, una motivación constante, una buen consejo y un poco de luz para el alma, por lo pronto, es sólo lo que he decidido comentarles.
Disfruten un legendario video, tributo... concierto.
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