viernes, 1 de febrero de 2013

Los Grillos

Mi relación con los grillos empieza desde muy niña, gracias a tener un primo temerario, hijo de un hacendado, que disfrutaba mucho de la vida silvestre... eso o la otra teoría de que simplemente le gusta molestar a quien tenga al frente con lo que se le ocurra.

"Cri-Cri" suenan sus patitas y sabemos que el invierno ha llegado.

"Prima, mira te tengo una sorpresa". Manitos cerradas en forma de cajita, para generar expectativa ... uhhhh la sorpresa, claro, seguro pensaba que iba a meter la nariz entre sus dedos, pero mis papis me criaron bien, si no está envuelto en una cajita bonita, es de fácil acceso y proviene de una persona poco detallista en "regalos", primero asegúrate antes de brincar de la emoción.

"¿Qué cosa?" "Mira, debes acercarte". Sí claro y yo nací ayer, bueno, había nacido hace 5 años, pero ya conocí las actitudes sospechosas de mi familia. "Abre las manos", qué por favor ni que qué nada, a la porra la compostura, primero mi desconfianza y yo (seguramente ya me lo había hecho antes pero esta es la primera de estos regalitos que recuerdo).

Y en ese tira y jala de palabras, abre ligeramente las manos, por donde se asoma una antenita, ahí estaba 'Pepito' (en honor a Pepe el Grillo en Pinocho) saludándome y como no me acerqué pues no encontró mejor cosa que ponermelo sobre el hombro.

¡Gracias!

Por su puesto, salí gritando y sacudiéndome el cuerpo asqueada totalmente.

Pero ahí no acaba la cosa, aprendí a cogerlos como defensa personal, técnica que sirvió después como supervivencia estudiantil, los niños asustan a las niñas lanzándoles grillos o cogiéndolos de las antenitas y colocándolos frente a nuestro  rostro, como juego. Aparentemente les causa gracia vernos aterradas (llámese niños desde que entran a la escuela hasta que nos graduamos en la secundaria). Gracias a las "enseñanzas" de mi primo yo no caí en esa histeria pasajera dejándome fuera de dichos ataques, porque mi reacción no era divertida.

Pero lo que sí fue horrible y desesperante, fue el día que caminaba hacia mi casa después de una fuerte lluvia y al doblar la esquina pasé por un muro enorme, fui atacada por una OLA DE GRILLOS que sin darme cuenta estaban todos pegados a la pared, iba con mi mami y lo único que recuerdo fue que nos tomamos las manos y salimos corriendo tapándonos la boca (con la otra mano) para no gritar y después que algún grillo termine en mi estómago. ¡Horrible! ¿Se han visto esas películas de la profesía o el exorcista en donde aparece la plaga y ataca al cura? Bueno ese día, sentí que actuaba en una de ellas.

No lo tomen a mal, un par de grillos a la vez está bien, pero que se te venga encima una ola de grillos que se encontraban en un muro de por lo menos 2m. de alto y 4 de largo, es espeluznante.

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