miércoles, 8 de mayo de 2013

Luz para el mal tercio

Y después de escribir sobre el chisme y las amistades, o sobre cómo a veces nos complicamos por solucionar ciertos temas, resulta que gracias al tweet de una amiga me había olvidado del mal tercio.

El mal tercio, es aquella persona que se ha ganado tu confianza y que comentas con él/ella temas personales, acontecimientos de tu vida, mejor dicho, compartes tu día. Es el amigo disfrazado, el que tiene algo negativo que agregar constantemente, es el que siembra la discordia cuando tienes una nueva amistad, un nuevo trabajo, una nueva pareja, es el que destruye y calumnia la imagen del no presente, el que toma el rayo de luz ajeno para brillar, porque no ha descubierto su propia luz, es el que resalta o inventa defectos para levantar sus cualidades, que a veces no son ni tan suyas tampoco.

Creería que sufren de algún problema de aceptación, falta de amor propio, aunque griten a voz en pecho que son lo máximo, pero que responde de manera agresiva cuando se siente atacado, perjudicado o discriminado de alguna forma, por situaciones que mayormente son producto de su imaginación, no aprecian de corazón a nadie, mucho menos a sí mismos.

Hay ocasiones, en las que se encuentran en un grupo de personas y este ser falto de cariño hace comentarios tomándose el nombre de quien no está presente, para dejar un punto sobre la mesa, o crear un chisme de su peculio, porque sufre de roquera mental y en lugar de afrontar con la frente en alto de lo creado, mencionan con veracidad, que aquella mala acción o comentario negativo proviene del ausente, es decir, hace toda una telaraña involucrando al eslabón débil. 

Hay que aceptar algo, cuando una persona te calumnia y el resto lo cree, es muy probable que seas el eslabón débil y que tu personalidad no sea la más querida, ni aceptada en donde te encuentras, pero como muchas personas juegan en el círculo vicioso del post anterior, por supuesto, que no te dirán lo que piensan de ti, sino que se rumiarán tu presencia, para eventualmente despellejarte a la salida, y es ahí cuando el mal tercio detecta esta falla en la armonía universal y siembra la semilla de la discordia, "divide y vencerás, y aquí estoy yo, como el gran salvador, como la gran víctima, como el gran amigo", ... perdón, como el grandísimo manipulador, dirás.

En ocasiones, nos tomamos la molestia de aclarar los problemas, en mi caso, con esta amiga que mencioné al principio, conversamos, conversamos lindo y fui yo quién me disculpé, porque fui yo la equivocada, yo me dejé envolver en una mentira o calumnia creada en su contra, y en este caso ella era un target fácil de "tumbar", porque era una persona nueva en mi vida, que aunque nos habíamos llevado estupendo desde principio, no tenía la veracidad, ni se había ganado mi confianza como aquel mal tercio tuvo en su momento, así que cuando fue el momento apropiado, la verdad salió a la luz y no marcó el final de una linda amistad que había nacido, sino que hasta el momento, e incluso a la distancia ha seguido creciendo.

Ahora, ¿por qué les llamo mal tercio, cuando evidentemente la persona está dentro de un círculo de "confianza"? Simple, porque tratan en lo posible de no involucrarse de manera personal, es el que escucha y destruye, pero no el que comparte, teme a ser rechazado por su pasado o sus opiniones y aunque muchos pensarán que hay que alejarse y neutralizar a esas personas de su vida, y personalmente estoy de acuerdo, también les envío luz, para que algún día se descubran, para que aprendan a cosechar mejores pensamientos, aprecien las buenas acciones, aprendan a hablar, a reconocerse por ser quienes son, a amarse con sus defectos y sus historias, así sean cuentos de terror,  o en el peor de los casos, tomen el consejo de la mamá de Facundo Cabral quien decía: “Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio”.

 "¡Salud! por aquellos errores que hoy nos han convertido en mejores seres humanos, ya sea por convicción o conveniencia". -@IriCevallosO-

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