jueves, 15 de marzo de 2012

Nuevos hábitos

Vivo en una pequeña ciudad de 100.000 habitantes.
Vengo de una ciudad principal de casi 3'000.000 de habitantes.

Cerca de mi casa hay un pequeño supermercado, hay de todo, en forma básica, me cae perfecto en distancia, máximo una cuadra.  En invierno y sin carro es una distancia estupenda para comprar y cargar las fundas de las compras.

Por lo pequeño del supermercado, no hay mucha variedad en cuanto a frutas y vegetales, y aunque mi alimentación en esas ramas es relativamente escasa. No pensé que tendría un problema con lo básico del supermercado.

Pues hace unos días en un recorrido del sector, encontré otro supermercado cerca, pero a 15 minutos a pie a la bajada de la loma en la vivo.  Un poco más grande el lugar, pero con mayor diversidad en frutas, encontré unos mangos pintones y unas ciruelas (las primas de la reina claudia), y sólo con verlas se me ha hecho agua la boca.

El mango me lo imaginé todo cubierto de sal, como lo comía cuando era pequeña, delicioso, recordé que mi tío tiene una hacienda y ama traer sus hermosos mangos gigantes para regalarlos con orgullo a los que quiere, yo aprovechaba y comía en su casa los que podía pero no me los llevaba porque típico tenía que ir a otros lugares antes de ir a mi casa y temía que con el calor de la ciudad se echen a perder.

También aproveché y compré las ciruelas, las moradas, mi mami siempre me ha perseguido por la casa para que coma frutas pero la verdad es que no era muy fan de las mismas, si no era por la sandía, uvas o limones, mi alimentación de frutas sería casi inexistente, pero al ver las ciruelas en este supermercado, he sentido un babeada interna que no pude resistir, hoy 3 días después de haberlas comprado me las he comido, no todas, eran muchas, ¡qué ricas están!

Lo que me lleva a la siguiente reflexión ¿será a caso el estar todo este tiempo en escasez visual, el hecho que al verlas me haya provocado comerlas? Sumamente raro, a decir verdad, porque como dije no soy una "amante de las frutas".  ¿Habrá sido su color? ¿Su exhibición? O a lo mejor es el simple hecho de estar lejos de lo habitual que hace desear tenerlo al encontrarlo.

Sea cual sea la razón, creo que no tengo ningún problema con empezar a comer frutas y mejorar mis hábitos, total ellas pertenecen a un grupo importante de la pirámide alimenticia.

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Encontré un enlace de los hábitos alimenticios interesante, en caso que deseen revisarlo un poco más.

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