lunes, 27 de febrero de 2012

Frau Bernabea

Dentro de esas búsquedas del pasado que te brinda la tecnología, en días anteriores he encontrado a mi profesora de la primaria.

La recuerdo como una señora mayor, alta, blanca, de piel de porcelana, pecosa, de sonrisa amplia y de mirada noble, siempre elegante, una dama.

Con su falda, una blusa y un suéter de media manga y su infaltable collar de perlas.  No utilizaba mucho maquillaje en esa época,  o por lo menos era muy discreto.

Excelente maestra, persona, amiga, disfrutaba de nuestras ocurrencias y era excelente una mediadora, siempre escuchaba a todas las partes involucradas en el problema.  Como fue por varios años nuestra dirigente nos conocía al derecho al revés, pero aún así, nunca sentí que cuando hubo algún problema achacó al "relajoso" del grado de ocasionarlo.  Al contrario, siempre prestaba atención a lo que las personas le contaban, escuchaba y emitía un criterio en base a lo que a ella le parecía justo.

No recuerdo haber escuchado alguién que se queje de lo que haya hecho, por lo cual podría concluir que no abusaba de su rol de maestra.

Lo interesante, no era a la conclusión a la que llegaba, sino la forma en cómo decía las cosas, cada oración suya incentivaba a las personas a comprender por qué algo fue o no correcto, realizaba alguna interacción para que cada uno de nosotros desarrollemos nuestro propio criterio acerca de las cosas, respetaba nuestra forma de actuar y sólo nos perseguía con una lija para quitarnos cualquier aspereza o astilla que sobresalía por ahí.  Mentiría si dijera que algún día criticó a alguno de nosotros por ser efusivo, risueño, reservado, tímido, de hecho, ahora que lo pienso, no sé cómo manejó 31 mundos en una sola aula, pero lo logró.

Hay personas que llegan a nuestras vidas sin uno comprender la razón, pero muchas de esas que llegan dejan una huella importante en nuestro corazón, siempre es lindo saber agradecer por esos ángeles terranales que con amor guiaron nuestros caminos y llegaron a ser parte de nuestras vidas de forma tan especial que cuando uno los recuerda traen sólo sonrisas a nuestro rostro.

Hoy ella me llamó "pedacito de gente" porque desde niña, fui la más pequeña de mi grado, curso, etc., y cuando lo escribió fue como haberla escuchado, con el mismo cariño y amor, como cuando era tan sólo una niña recibí, este escrito es para usted mi querida Frau Bernabea, por el amor que sembró, cuidó, cosechó y hasta el día de hoy (en mi caso más de 20 años después) sigue cultivando, muchas gracias por todo, pero sobre todo que Dios siempre la bendiga por esa inmensa capacidad de dar amor.

Como le dije hace poco, le envío un abrazo enorme, de aquí al infinito!

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5 comentarios:

  1. Querida Caminos Claros, si me dijeras tu verdadero nombre, te podría quizás reconocer a través de los inmensos y cariñosos recuerdos tan lúcidos de mi madre, de todos y cada uno de sus hijos postizos... Ayer, para mi pues vivo en España, hoy quizás para tí, sábado 24 de marzo, nos ha dejado esta maestra que nunca será olvidada por tantos y tantos a los que su corazón de madre tocó... RIP para mi madre querida, rota de dolor, pero agradecida con estos comentarios tan preciosos que han salido de tu corazón... (Tatjana Brambilla Zornoza)

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    1. Mi querida Tatjana, fui alumna de su madre desde los 8 hasta los 11 años. Pero su amor y sus eneseñanzas las mantengo hasta ahora. Tengo mucho que agradecerle, es y será siempre una maravillosa mujer.
      Lamento muchísimo su partida, pero como le dije a Mijail (quién coincidentemente es amigo mío también), ella siempre ha sido tan grande, que este paso, debe de reconfortarnos sabiendo que ahora su alma es libre e infinita, y se extenderá libremente sobre la mente y corazones de todos aquellos que la queremos y recodaremos siempre.
      Le envío a usted y todos los suyos, un fuerte abrazo y mucha fuerza para superar esta etapa.
      Irina Cevallos

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  2. Irina, muy lindo y mil gracias por tu escrito. Ese sentimiento de agradecimiento, cariño y respeto es reconfortante.

    Un saludo,

    Christian Brambilla-Zornotza.

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    1. No hay nada que agradecer Christian.
      Siempre he sido pro de los reconocimientos de las grandes personas y ella siempre ha tenido esa cualidad que no sólo la acompañaba, sino que era a parte contagiosa.
      Un fuerte abrazo,
      Irina

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  3. Solo una gran mujer, MAESTRA con mayúsculas, puede ser merecedora de tan ciertas palabras, teniendo la oportunidad de estar más cerca dejamos que la escusa del tiempo, las ocupaciones etc, nos impida decirle a nuestros mentores cuanto los admiramos y queremos a pesar de los años, comparto tus palabras Irina, fue una gran "creadora de personas", lástima que no haya dos como ella y carezcamos de gente con su integridad y fuerza. No hay que hablar con faltas de ortografía, yo aún llevo el diccionario en la cartera JA! :)(Joan Gámez)

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