Hoy haré algo que no podré volver a hacer, sino hasta 4 años después.
Cuando era pequeñita de edad pensaba que era muy triste haber nacido un 29 de febrero, porque no podrías celebrar nuestros cumpleaños todos los años (claro vale recalcar que yo sólo celebro muy cumpleaños el día que es, no antes ni después, es mi creencia y tradición).
Ahora que si lo pensamos como padres y aplicamos la misma creencia, sale muy económico tener un hijo que cumpla el 29 de Febrero, así no se gasta en celebraciones anuales.
Pero esto me llevaba a otra interrogante, es que a caso esas personas tienen vida de humanos, o son humasiestos? En donde la vida de un humasiesto equivale a 4 años de un humano? Y me divertía creando historias y leyes sobre estas personas que según yo vivían diferente. Jugaba pensando que los humasiestos decían tengo 4 años, que en su edad significa 16, que tal vez pertenecían a alguna tendencia un tanto extraña de creencias locas y como hasta la fecha conozco alguno podría estar creyendo igual que sólo se relacionan entre ellos, la verdad es que puedo quedarme horas escribiendo sobre cosas que mi cabeza creaba sólo por nacer en un fecha que sólo existe cada 4 años.
Pero para evitar entrar en materias místicas que podrían llegar a pecar en polémicas, todo se resume a una ecuación matemática.
Desde hace 2.000 años, cuando Julio César creó el calendario que llamamos Juliano, un año de cada cuatro es bisiesto, es decir febrero tiene 29 días en lugar de 28. Este día adicional se hizo necesario porque la duración del año astronómico -es decir una vuelta completa de la tierra en su órbita- no es de 365 días exactos como el año calendario, sino de 365 días, 5 horas y 56 minutos.
Pero ¿por qué bisiesto?
En los tiempos de Julio César, el primer día de cada mes se llamaba calendas, el séptimo eran las nonas y el décimo quinto día eran los idus.
En lugar de decir 28 de febrero, los romanos decían primum dies ante calendas martias (primer día antes de las calendas de marzo). El 27 de febrero era el secundum dies ante calendas martias(segundo día antes de las calendas de marzo), el 26 de febrero, tercer día y así sucesivamente.
Para introducir su novedad, el año bisiesto, Julio César intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de las calendas, o sea entre los días que hoy son el 23 y el 24 de febrero. Este día adicional fue llamado bis sextus dies ante calendas martias, o sea, "segundo día sexto antes de las calendas de marzo" y el año que contenía ese día se llamó por eso bissextus.
El Calendario Gregoriano, actualmente vigente, fue sugerido 200 años después, por la revisión de un sacerdote que manifestó que existía una pequeña falla en el cálculo y que esto ocasionaría que 300 años después, el solsticio de verano se celebre en invierno.
La reforma la llevó a cabo el papado de Gregorio XIII.
Diferencias entre Calendario Juliano y Calendario Gregoriano:
El Calendario Juliano se consideraban bisiestos los años divisibles entre cuatro. Así, el año juliano duraba 365 días + 1/4 = 365,25 días (más que el año trópico, que consta de 365,242198 días).
El Calendario Gregoriano dice que Un año es bisiesto si es divisible entre 4, a menos que sea divisible entre 100. Sin embargo, si un año es divisible entre 100 y además es divisible entre 400, también resulta bisiesto. Obviamente, esto elimina los años finiseculares (últimos de cada siglo, que ha de terminar en 00) divisibles sólo entre 4 y entre 100.
Y para cerrar y liberar la mente de tanto número escrito, surge entre los papeles un pequeño poema que congracia a los meses y a su cambio periódico.
Treinta y un días se asignan a enero.
Como a los meses marzo y mayo
Julio y agosto dicen yo concuerdo
Octubre y diciembre: no desmayo
Abril y junio: en treinta me quedo
El nueve y el once: aquí me hallo
¡Falto yo! Exclama el más pequeño
Singular por ello, el móvil febrero
De sólo veintiocho es mi empeño
Pero si el entusiasmo me mueve
Como a los meses marzo y mayo
Julio y agosto dicen yo concuerdo
Octubre y diciembre: no desmayo
Abril y junio: en treinta me quedo
El nueve y el once: aquí me hallo
¡Falto yo! Exclama el más pequeño
Singular por ello, el móvil febrero
De sólo veintiocho es mi empeño
Pero si el entusiasmo me mueve
El bisiesto me otorga veintinueve
Para próximos adelantos evitar
Tres finiseculares exceptos son
A los 1700, 1800 y 1900 imitar
Y por milenios resuelto es el don
Gran y polémica excepción afea
Que cada cuarto año finisecular
Aceptar que bisiesto éste sea
Gran y polémica excepción afea
Que cada cuarto año finisecular
Aceptar que bisiesto éste sea
Fácil la norma resulta, en particular
División exacta entre cuatrocientos
De tales periodos es la tarea.
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