jueves, 31 de octubre de 2013

Halloween

En mi casa nunca ha existido esa tradición de disfrazarse para Halloween y como a parte no soy fan de comer caramelos, pues no había mayor motivación para iniciar alguna costumbre para esa fecha.

Realmente creo que disfrazarse es increíble, pero me encantaría asistir a fiestas temáticas y jugar un personaje ya que para mi no es un tema de disfrazarse si no de enrolarse y vivir tu disfraz.

Bueno, si mal no recuerdo estaba en primer o segundo curso (7mo u 8tavo grado) y una amiga había comentado que en su ciudadela cerrada iban los niños del barrio disfrazados a tocar las puertas y las personas ya te esperaban listos para llenarte las fundas con caramelos. Así que había decidido organizar una fiesta con las más cercanas, para ir a pedir caramelos y luego quedarnos en su casa a chismear.

Pues el día había llegado y yo no tenía idea de qué ponerme, no le había dicho a mi mami nada, porque yo siempre decido asistir a los eventos sociales a última hora, porque a veces pues simplemente no me provoca hacerlo y por ende no lo hacía, pero esta me llamó la atención.   Busqué entre todas las cosas que habían en la casa y no encontré nada.  Literalmente NADA.  

En mi exhaustiva búsqueda levanté el colchón de la cama de mis papis y encontré que debajo de él había una funda (o bolsa) plástica enorme de los regalos de Navidad del año anterior y como siempre practiqué gimnasia olímpica habían mallas en mis casa. 

Así, pero de funda :D
Así que la miré a mi mami y le dije "¡Lo tengo! ¡Me voy a disfrazar de las cosas que puede llevar una funda!" . Mi mami no estaba muy convencida y cuando salí con la malla y las medias negras y la funda gigante de lo que en esa época era el Gran Salón del Juguete, pues la convencí menos.  De hecho me preguntó tres veces si estaba segura de salir "así".  Yo estaba feliz, para mí era el mejor disfraz del mundo.

En la parte de la base había hecho dos huecos para que pasen las piernas y a los costados dos huecos más, uno de cada lado para que pasen las manos.   Había puesto papel dentro de la funda para que se vea abultada y un par de huecos adicionales de los que colgaban las cosas que según yo llevaba la funda.  

Pues mi mami me llevó bajo mi propio riesgo a esa fiesta y mis amigas tenían unos disfraces increíbles, algunos hechos otros comprados, estaban realmente a la onda de la celebración y pues yo, era una funda. 

Entonces, claro abrieron los ojos, levantaron las cejas, cesaron de reir y me preguntaron de la manera más amigable que se les ocurrió.  "¿Qué eres?" Y al principio intentaba explicarles que era un algo que estaba dentro de la funda, pero al ver que era muy complicado decidí decir que era una funda.  Y acto seguido me decía y "¿Qué es eso que sale por los huecos de la funda?" Y respondía muy convencida de que eran las cosas que una funda muy llena tenía y si habían empezado a salir.  No sé si les causé confusión o pena, porque la cara con la que me preguntaban acerca de mi disfraz era un tanto inexplicable pero como yo estaba tan convencida de lo que era no insistían en la explicación.

La segunda parte fue cuando salimos a pedir los caramelos tocamos la puerta de los vecinos y salían señoras sonrientes diciendo "¡Llegaron! Y a ver dime de ¿qué te disfrazaste?" - Yo soy una bruja (caramelos para ti) - Yo soy un doctor (caramelos para ti)- Yo soy ... (caramelos para ti) - Y yo soy una funda (caramelos para ti) -  pero con una cara tan preocupada, apenada y/o confundida que cuando querían darme los caramelos no sabían si ponerlos en la mini funda que tenía delante o dentro de mi disfraz.   
Daniel Larusso fue una DUCHA, yo podía ser una FUNDA



La verdad, insisto me encanta disfrazarme y no precisamente para Halloween, porque sigo sin celebrarlo, pero aquella tarde me pareció divertidísimo ver el rostro de la gente y de cómo les cambiaba de forma, color y emoción.  Es más no he parado de reírme mientras he escrito esto, pero es que las expresiones de la gente eran más teatrales.

En fin, para los que lo celebran ¡Felicidades en sus dulces y travesuras!  Para Ecuador es el Día del Escudo Nacional. Para los Evangélicos es la celebración del Día de la Reforma en donde aceptan la Biblia según la propuesta de Martin Luther.  Mientras que para los Celtas, una antigua cultura de Irlanda y otros sectores, era la forma de despedir el año viejo, puesto que para ellos el año nuevo era el primero de Noviembre. Ellos creían en los espíritus de la naturaleza y consideraban que para que el próximo año venga con buenos augurios había que espantar a los malos espíritus con los disfraces.  

Sea cual sea su razón,  celebren o no espero que simplemente ¡sean felices!


jueves, 17 de octubre de 2013

Me mudo por un Ceviche

"¡Qué lindo bebe!" dice una señora en español a su hija, con un tono un tanto elevado, mientras nos bajábamos del bus.

Yo había venido conversando con una amiga hispana por teléfono y había notado que tanto la señora como la niña me observaban amigablemente, al bajarme del bus escuché esa frase, que fue casi dicha en mi oreja y lo interpreté como una forma de querer hacer un acercamiento, me di la vuelta y utilicé la típica frase de presentación que une a la mayoría de los hispanos en el extranjero.  "¡Español!" y sonrisa de oreja a oreja. Es como una carta de presentación que abre puertas, identificación del idioma y sonrisa pelada. 


Efectivamente era latina, tenía casi 10 años viviendo en Alemania y tres meses en mi ciudad.  Conversamos de manera agradable, intercambiamos números de teléfono y terminamos tomando un café unos días después.

La conversación pues sin mayor relevancia, cosas que haces, a quién conoces, información que le pueda ser útil de la ciudad, etc., pero lo que me pareció muy gracioso fue la parte de las comidas, ella comentaba que aunque vive aquí 10 años siempre le provocaba la comida típica del Perú y que las prepara con gusto, en especial el Ceviche o Cebiche, ya a estas alturas es bastante complicado saber cuál es la palabra correcta, pero en Ecuador se utiliza más la primera opción.  En fin la conversación fue que ella decía que amaba el ceviche de pescado y yo a su comentario le pregunté "¿cómo hacen el ceviche en Perú?  He visto que lo presentan diferente."  Su respuesta fue "El ceviche es originario del Perú, ¡y fuimos los primeros en hacerlo!".   Yo la miré claramente con un signo de interrogación en mi frente y ojo, mi frente es bastante amplia, y procedí a repetirle la pregunta inicial.   Recibí la insistente respuesta de quién lo hizo primero.   Comprendí que la señora deseaba manifestar su ideología, origen, invento culinario de un centenar de años atrás, a lo que acoté sonriendo, "¡Ah! ¡Qué chévere! No lo sabía.  ¿Puede decirme cómo se prepara el ceviche en Perú?"  

Ya a ese punto su explicación me era en realidad, poco interesante, sólo quise apagar cualquier tipo de conflicto que la señora pudo desea iniciar, no vaya a ser que después me iba a salir con las batallas limítrofes que han acompañado a nuestros países desde 1829 entra Perú y la Gran Colombia.  Historia que es bonita conocer, pero que me tiene completamente sin cuidado en el presente. 

¿Quién inventó qué? ¿Quién hizo qué? Es importante, hay que agradecérselo a esas personas que se dedicaron a esa creación y que dieron pauta a otras cosas en versiones mejoradas u otros inventos. 

El ser humano vive gracias a la creación, somos el vivo ejemplo creado por la unión de dos células y hay algunos que no se conforman con ser creados, si no que desean ser creadores.  Todos los somos.   Creamos una secuencia lógica que nos sirve para nuestra viva, creamos una armonía en nuestros mundos familiares, personales y laborales, somos tan especiales que cuando el método ya no nos satisface lo modificados hasta encontrar una solución.  Creamos combinaciones al vestirnos, al maquillarnos, al reorganizar nuestro documentos, nuestros muebles, creamos patrones de entrenamiento que nos ayuda a ser mejores deportistas, creamos platos de comida bajo nuestra expectativa culinaria, creamos. Algunos en mayores dimensiones que otros, pero al final el tamaño no determina si es o no una creación.  

Es nuestra responsabilidad tener el conocimiento necesario para conocer la base de donde partiremos, la información, el inicio, pero lo que sucede del inicio en adelante es nuestro crecimiento, nuestro cambio ¿y mañana? Pues cuando llegue será nuestro hoy y podremos continuar con la misma experiencia.

"Me mudo al planeta Hoy, tiene sólo un país, se llama Amor y su capital una ciudad muy hermosa conocida como 
Todo Son Bienvenidos." 
- Irina Cevallos - @IriCevallosO


jueves, 10 de octubre de 2013

¡Póngale calzón a la pelada!

Un día cualquiera de una tarde de sábado, había salido con mi papi a pasear por las calles de Urdesa.  Esto fue en el año de 1980 y algo, cuando la Ave. Víctor Emilio Estrada, más conocida con La Víctor, era el punto de encuentro de amigos de cualquier edad.

Es más, recuerdo que mi hermano solía salir y se despedía de nosotros diciendo "ya vengo voy a La Víctor" y eso traía como significado implícito "voy a ir a dar una vuelta con mis amigos por ahí". 

En fin, paseábamos en nuestros Mazda 323 blanco, un carrito famoso que tenía mi edad, 1979.  Nunca tuvo radio, así que nos tocaba cantar, sobre todo para esos viajes mayores a una hora de distancia.  "Qué edad teníamos entonces, porque coño hemos cambiado... y estabas tu todo el rato, con el cerquillo en la frente, sonriendo con recato, como quien dice presente..."  cantaba mi papi constantemente esa única estrofa para estos viajes prolongados.  Yo que para esos viajes familiares me sentaba en los asientos de atrás, justo detrás del piloto, veía cómo miraba a mi mami con ternura mientras arreglaba su cerquillo.  

Aquel sábado por la tarde, estábamos los dos.  Mi papi alcanzó a ver a uno de sus amigos a lo lejos, así que me dijo "cuando pasemos junto a él grítale (e iba bajando mi ventana) 'póngale calzón a la pelada' " .  Yo miré al hombre, y mis escaso 4 ó 5 años sólo pudieron decirle a mi papá "Papi, pero el señor anda solo, ¿de qué pelada me estas hablando?"  " Tú sólo grítaselo, él sabe", respondió.  "¡Qué tiene una hija en la casa que no le pone calzón!", exclamé asustada por la reacción inhumana de aquel señor.  "Grítale, grítale, que ya lo vamos a pasar", decía mi papi a diente pelado (o sea sonriente). 

Pues bueno, a esa edad uno generalmente hace lo que le dicen y sin mayor pregunta, saqué la cabeza y un poco más del cuerpo por la ventana, mientras gritaba en la mitad de La Víctor "¡Póngale calzón a la peladaaaaaa!" Me meto dentro del carro y mi papi aceleró, hasta lo que el la luz roja se lo permitió.  Mi papi ahogado de la risa, me hizo un 'chócala' que es el equivalente a un 'hi-five' y yo estaba muy feliz de haber sido una hija obediente.


Con el tiempo comprendí que el amigo era calvo y mi papi 'el rey del pelo largo' (falso, era igual de calvo que el amigo), había decidido mofarse de esa escasez capilar, utilizándome como su lazarillo. 

Lo irónico de todo esto, es que muchos años después en la historia en donde desarrollé después mis propias frases, mañas, bromas y chistes, mayormente agrios, mencionabas constantemente "Esta Irina si que es guasa", llámese guasa al comportamiento que no le corresponde a una 'lady'. ¡Y vamos! Tenía y tiene razón, pero qué podías esperar de mí después de esta formación tan particular a la que tu y mi mami me sometieron.

¡Salud Papi! Gracias por regalarme 30 años tiernamente divertidos.

Hoy hay fiesta en las alturas.