Ayer hubo una carrera en la ciudad donde vivo, 5k, venía de pasear por el parque, feliz de tener un día más con sol, después de tanta lluvia y esperando el bus para venir a mi casa, recordé que por donde estaba mi parada, habían desviado el tráfico, porque por ahí pasaría la carrera.
Decisión, ¿busco la otra parada o me quedo viendo la carrera? Pues había traído mi cámara conmino, y pensé "¿por qué no?", me crucé la calle donde estaba la prensa (ultra cara dura, por supuesto) y encontré una excelente ubicación en la vereda, a lado mío había un letrero sobre una pequeña plataforma, a la que minutos después me subí. Me caía perfecto, ya que la altura no es una de mis cualidades y cualquier cosa que me haga ver más alta y por ende que me regale un mejor ángulo siempre es bienvenido.
Estaba nerviosa (sí soy una ridícula), era la primera vez que tomaría fotos a desconocidos y en movimiento, pero me lancé al estrellato y al estrellato o como dicen en mi país "es hora de perder la compostura" o "¡qué chuch..!" (expresión completamente informal, juvenil y no apta para ser repetida delante de tus papis ja ja ja), en fin, ¡Paf! inicia la carrera, a los primeros corredores la gente los recibió con aplausos, ellos deseaban terminar la carrera primeros, lo pueden ver por la musculatura en la corrida, ellos no estaban para el cuento.
Seguía pasando la gente y me causaba gracia que no importaba qué tan fuerte estaba el sol o cuan apurados se encuentren por llegar, miraban una cámara y automática había una reacción, algunos me señalaban, otros me sonreían, otros sonreían avergonzados, otros saludaban, estaba tan emocionada de lo que tomaba, que en un momento no me dí cuenta que había desaparecido, los corredores se habían tomado la avenida y la vereda y yo en mi isla tomando fotos, con razón me miraban tanto, estaba fotografiando en plena acción, por suerte la plataforma en la que me había subido (no era muy alta tampoco) tenía también un letrero de precaución de algo, no lo leí, así que de ley no se me iban a venir encima, por el letrero, yo estaba perdida en una marea de corredores, chistosísimo. La verdad me divertí.
Sensación que renovó mi mente y con ella el nacimiento de nuevas ideas que iré aterrizando, para después contarles los resultados.
Por lo pronto, mi agradecimiento a todas esas sonrisas regaladas a mi cámara, que hicieron de una simple experiencia, un linda anécdota.
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