Todos
los años en Kaiserslautern, organizan una noche cultural, invita a todas las
escuelas de arte, artistas locales o de la región, presentadores, músicos
pintores, bailares, en fin un sin número de personas, que invaden parques,
salas experimentales y el Salón Principal de la ciudad.
Mantienen
un horario bastante exigente para cumplir con todo el programa que inicia con
presentaciones infantiles 08:00am hasta danzas chinas, irlandesas, africanas hasta
las 04:00am.
Este
año, tuve el agrado de ser partícipe de este show, lleno de colores, de gente amigable
que se sentaba donde podía sobre cajas (chancletas) de gaseosas donadas por la
Coca-Cola. Dependiendo de la dirección
que les tocaba enfocar su atención, ya que los escenarios variaba, tomaban su
chancleta y se viraban sin queja o malestar, mientras bebían vino, cerveza,
agua y creería que champaña. Todo en completa armonía y sonrisa, como regalándole
vida a esta vieja ciudad.
Lo que
hace un cambio de perspectiva, los mismos ojos con otra manera de ver las cosas
y confirmando cada día, por más trillado que parezca, que cuando sonríes, el
mundo sonríe contigo, lo digo por experiencia, un simple ajuste en la tuerca,
en la mueca, en las ganas, y las cosas florecen, continúan, avanzan, aún sin
norte, pero recordando mi típica frase, "cuando me pierdo sigo recto,
porque a algún lugar he de llegar". -Irina Cevallos-
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