miércoles, 18 de abril de 2012

El real y el mental

¡Impresionante!

Acabo de redactar un correo, para un asunto importante, en donde está mezclada una serie de dramas y decepciones, que me hubiese gustado finalmente terminar de sacar o contarlas a voz en pecho para que entiendan mi desesperación.

Pero fue corto, conciso y prudente, en comparación a todo lo que pensé.

Lo interesante es que me tomó 3 minutos en escribirlo, pero si hubiese tenido que hablar todo lo que pensé no terminaba mañana de hacerlo.

El pensamiento me llevó a un altibajo emocional en donde vi el problema, busqué su origen, me revolví en la decepción de cada cosita, recordé cosas del pasado aún guardas por no haberlas terminado de soltar, regresé al presente, me proyecté al futuro, cerré un capítulo, abrí otro, de hecho que me conecto con lo que siento, pues me siento agotada de tanta vuelta mental.

Y ahora que lo intento escribir ya voy 8 minutos, entre lo que pongo y lo que borro, porque claro, quién quiere leer tanto drama, cuando el punto de lo que quiero decir es que realmente la gente piensa más cosas de las hace, piensa más cosas de las que vive e imagina más cosas de las que pasan.

Si el tiempo real es realmente un momento, que es tan corto que no llega ni a ser el resumen de lo que pienso, es la sinopsis del resumen, por qué realmente se le da tanta piola a la mente a que se suelte.

El tiempo mental definitivamente es infinito, comprobadísimo a través de los sueños, debería de haber alguna forma en la que la mente deje de ser una tan complicada y dramática, para que se la pueda focalizar en lo que realmente importa, pensar en cómo solucionar dramas que no dependan de uno al 100% no es más que una pérdida de tiempo real y mental.

"No es necesario descubrir al agua tibia, para seguir maravillándose de las cosas simples y hasta algunas veces obvias" @caminosclaros

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