miércoles, 12 de junio de 2013

Humbergturm, un mirador al sur de la ciudad

camino a la torre
Desde mi llegada, descubrí en mi inspección al horizonte, que Kaiserslautern tenía una torre antigua, su nombre Humbergturm, su historia, bastante sencilla, en el año 1896 un grupo de personas decidieron que sería bonito tener un mirador en la ciudad y crearon un club para que recaude fondos para su creación, fue construida 3 veces, la primera se derrumbó sin ser terminada, la segunda duró hasta la II GM y fue utilizada como punto de vigilancia, ya que gracias a sus 28 metros de altura, alcanza los 425m de altura sobre el bosque palatino y la tercera fue reconstruida en los 90's, gracias a las personas de la región quienes desearon preservar lo poco antiguo de la ciudad, hay que mencionar a esto, que Kaiserslautern fue casi completamente destruída durante la IIGM llevándose con esto el castillo de verano del Kaiser Barbarossa y otras construcciones de la época.

Para llegar hasta la torre, se debe caminar aproximadamente 1 hora bosque arriba, ideal para realizarlo en un día soleado, ya que en lo personal, tengo el chip de las películas de terror en donde caminar por un bosque a oscuras nunca termina bien.  Aproveché un lindo día y una oferta tentadora de un amiga, quién previamente me había manifestado que con gusto me llevaría hasta allá.

maná del que tomé agua
A mitad del camino llegamos a un maná que surgía en medio de dos rocas, habían colocado una ruta de piedras para que el agua corra por ahí en dirección hacia algún lugar (obviamente) y no se esparza irregular y continuamente por la tierra; estaba tan sedienta, que lo primero que pregunté era si podía tomar de esa agua, al decirme que sí, hice una cuchara con mi mano y al buche, mientras disfrutaba de esa deliciosa sensación de riego hacia mis entrañas, mi amiga me comentó que había una historia con respecto a ese brote de agua, resulta que cerca de ese lugar había un monasterio y los monjes tomaban agua de ahí ya sea directamente o la almacenaban para beberla luego, coincidentemente un maná es considerado como un regalo de Dios, puesto que según las antiguas escrituras fue lo que salvó al pueblo de Israel en su camino por el desierto para no morirse de sed.  En lo personal aprecio los regalos de la naturaleza y confieso que estaba deliciosa, fresquita, inodora, incolora e insípida, como me gusta.

Durante el recorrido respiramos mucho aire puro, la ruta por la que fuimos estaba rodeada de vegetación, hectáreas infinitas de árboles que abrazan con sus grandes ramas toda la región, regresaré definitivamente, pero iré más despacio, deseo captar los espacios que esta vez me faltaron, por ir con un paso un tanto apurado, para no llegar tarde a los compromisos de mi amiga que ya había adquirido.

La vista de toda la ciudad de Kaiserslautern fue bastante impactante, un horizonte sin conocer, un ciudad que descubrir, caminos que recorrer y espacios que cubrir y de ser posible documentar.

vista de la ciudad
"Nuevos ojos, ganas y buena vibra." - @IriCevallosO -

Humbergturm
P.D: Imagínense que estaba tan emocionada por llegar y maravillada de todo lo que vi, que olvidé de tomarle la foto a la torre, así que les adjunto una que encontré en el internet, cuando regrese no olvidaré fotografiarla. o.0

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