Desde pequeña, mi papi me inculcó, que no hay que pedirle favores a nadie, para que no tengas que deberle nada a nadie.
Situación que he tratado en lo posible de cumplir y cuando no he podido, porque aceptémoslo, en algún momento de nuestras vidas necesitamos pedir ayuda, he tratado de ser recíproca prácticamente al instante para no quedar en deuda, ya sea verbal o a través de alguna acción para demostrar mi agradecimiento.
El tema llega nuevamente a colación hace unos días, cuando conversaba con una amiga, quién ha obtenido recientemente un buen trabajo y entre esas conversaciones, le pregunté si tenía conocimiento de cómo solicitar trabajo en la embajada o consulado ecuatoriano del país donde actualmente resido.
La verdad es que estar lejos del país donde naciste, creciste, formaste y viviste gran parte de tu vida, hace que quiera hacer algo por él o por lo menos por su gente que se encuentra fuera y claro qué mejor cosa que brindarle un apoyo a los emigrantes desde la oficina formal de su país.
Pues me comentó que realmente los puestos son escasos y que por lo general (no afirmó a ciencia cierta) son por recomendaciones, me nombró a un par de amigos a los que podría acudir para solicitar dicha recomendación y mientras más me indicaba el 'procedimiento', mi mente (ya saben yo y mis eternos diálogos internos) resoplaba 'no, no, esa no es la manera, o por lo menos no es tú manera'.
Terminamos la conversación yo escuchando su consejo y diciendo, "lo pensaré", aunque seamos francos, ya a estas alturas deben de conocerme un poco y saben, que yo tiendo a ser sutil cuando estoy en desacuerdo con algo, pero ¿por qué mi mente se puso tan airosa con el tema?
Recordé las palabras de mi padre 'no hay que pedirle favores a nadie, para no deberle nada a nadie' y comprendí, que no es sólo una enseñanza, había un conocimiento más allá.
Deuda, entre varias explicaciones es una obligación moral que una persona contrae con otra. (más significados aquí).
¿Y cuándo es pagada esta deuda?
Cuando la persona con la cual contraigas el compromiso lo disponga.
Claro, todo tiene lógica y es muy simple, pero qué sucede cuando los términos no son aclarados a tiempo y el favor se convierte en un compromiso eterno. Literalmente eterno.
Cuántas veces hay personas que llegan a algún lado por un favor y dejan de actuar según lo que consideran correcto porque 'se la deben a alguien' y como están en 'agradecimiento' con esa persona tapan errores o malas acciones.
A veces, el compromiso se vuelve hereditario al entorno de prestador, a sus creencias políticas, al hijo del sobrino del hermano cuya posible reputación no vaya de la mano con nuestros principios, pero ahí estamos agarrados de las manos, sin escapatoria, 'porque te la debo'.
Lo bueno es que toda este mar turbio de pensamientos revueltos, llegan a la misma conclusión que he tenido hace algún tiempo y con la cual creo que vivo en la actualidad tranquila, recibo lo que me brinden, en caso que lo necesite y lo agradezco con una sonrisa, doy sin expectativas cuando puedo y cuando no, digo no puedo lo siento mucho y sigo con mi libertad de pensamientos y decisiones que se acomodan y acoplan según el sistema en el que me toca desenvolverme, manteniendo los principios que considero correctos, desde mi punto de vista.
Y con respecto al consejo de "¿porqué no hablas con XYZ? es un buen contacto, pierde la vergüenza". Respondo: "No es un problema de vergüenza, es un problema de crianza... me enseñaron a ser libre a mis pensamientos y creencias (cualquiera que estan sean)".