miércoles, 2 de mayo de 2012

Encuentro con La Loca

Hoy tuve un encuentro cercado del tercer tipo con la demencia.

¡Sí, hoy!

Salí de mi casa para realizar unas pequeñas compras para el desayuno de mañana y en el camino estaba la loca del condominio (porque aquí vive una loca, loca cucu, loca) y una señora que tiene un perro que se llama Alex, que es mi amigo.  Sí, mi amigo es el perro, no la señora.

En fin, al saludarla cruza mi mirada y mi voz con la atmósfera de la loca, quién caminaba junto a la dueña de Alex. 

Con un tono un tanto estruendoso, empezó a hablarme de manera acelerada y aunque me le hacía la desentendida, porque ella me hablaba en alemán y yo huía balbuceando cosas en español, ella insistía en hacerme conversación mientras me perseguía. Lo hizo hasta que crucé la calle.

Realmente me asusté.

Al regresar a la casa veo que ella caminaba sobre la vereda principal, al pie del condominio, pero en sentido contrario a la dirección a la que yo iría, así que pensé "si sigo por esta dirección en silencio, podré escabullirme hacia la entrada del condominio y correr a la puerta para entrar sin problemas y ella no lo notará."

Estaba como una pantera escondida entre las sombras, moviéndome sigilosa y silenciosamente.  Noté que ella seguía avanzando hacia la dirección contraria a la que yo me dirigiría y crucé la calle.  Mi yo interior gritaba "¡apúrate, apúrate, te van a descubrir, muévete!" Pero exteriormente estaba con la actitud de "¡aquí no pasa nada!".

Estaba a menos de 100mts. de llegar a la entrada adoquinada que llevaría al ingreso del condominio, estaba cerca, no faltaba nada, pero en eso un viento acaricia los cabellos de la loca y como fresca brisa decide darse la vuelta y regresar (por el camino en el que yo ya venía), mi yo interior exclamaba alterado "¡oh nooooooo! Ahí viene. ¡Huye, maldición, huye!".  

Rápidamente analicé las distancias entre ella y la mía y efectivamente si yo seguía avanzando nos encontraríamos justo en la puerta del condominio.

"¿Qué hacer? No quiero morir."

En eso, escuché un murmullo, mi yo interior se había calmado y con sutileza para evitar el susto u otra reacción abrupta de mi parte me dice "a tu izquierda, a tu izquierda".

Miro a la izquierda con mi eficiente rabito del ojo y encuentro un sendero que llevaba a la parte trasera del condominio, donde hay una jardín espacio de parrillada, etc., pero que a su vez, lleva a una entrada paralela del edificio.

Con la gracia de un ninja, deslicé mi pierna izquierda sobre ese sendero, por el cual después llevé a mi cuerpo, para luego huir despavorida. Caminé, caminé, caminé y caminé, fui tentada a voltearme para ver si me seguía o se encontraba viéndome, porque desde la vereda se ve el sendero, pero cuando estuve a punto de hacerlo se vinieron a mí todos los refranes del por qué no se debe ser curioso y del cómo se muere un gato por serlo, así que decidí continuar y vivir en la ignorancia.

3 comentarios:

  1. Sabes, esto podría ser súper irónico si fueras esquizofrénica y te imaginaste a la otra señora y la gente de tu condominio te viera caminar raro huyendo de alguien que no está ahí y todos dijeran a tus espaldas que tú eres la loca del barrio.

    Podría pasar.

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    1. Estrellita dorada por percibir el mensaje interlineado, pero ojo, aún no soy esquizofrénica. Creo.

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    2. Es difícil saberlo, hasta yo podría ser imaginario. *música de x-files*

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