En un evento cualquiera, cada persona asimilará en su cabeza lo que en ese momento tuvo prioridad en su vida. Situaciones, personas, luces, esquinas, música, que se guardarán en nuestras mentes. Creemos en muchas ocasiones que algo que nos haya causado placer o malestar ha generado la misma sensación para la persona que estuvo a lado nuestro, porque así de egoístas tendemos a ser, olvidando que cada ser humano o cada individuo, tiene propia perspectiva ... su perspectiva individual.
En base a esta única experiencia (de cada uno), nacen historias que se juntan, que se hilan, resultados que se asumen, conclusiones a las que se llegan, por tener un ápice de verdad o conocimiento con respecto a algo. En muchos casos, las personas atinan con esas conclusiones, en otros no.
Pero entro en la controversia de pensar qué tan individuales son nuestras ideas. Si el ser humano tiene un consciente y un inconsciente y en teoría el inconsciente es infinitamente grande, ¿existirá un punto en donde mi inconocimiente y el de la persona que este junto a mí se entrelacen, unen, toquen, junten?
Entonces, ¿somos seres individuales, unidos por un conocimiento inexplorable y/o desconocido?
Muchas frases dicen que vivir el presente nos da paz, que el no asumir te libra de errores, que comprenderse a uno mismo nos armoniza, que soñar y planificar son las bases para conseguir nuestros objetivos, pero la que más me gusta, es la que habla de liberarte de todo aquello que te molesta, para ser feliz.
Es decir que si unimos todos los consejos previamente mencionados, podríamos concluir que si nos esforzamos diariamente, alcanzando nuestras metas del día a día, sanando los errores que se puedan solucionar y descartando lo que no nos sirva, alcanzaríamos nuestros sueños en paz y felicidad.
"La vida no es la que uno vive, sino la que uno recuerda." - Gabriel García Márquez
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